Una promesa para siempre: el matrimonio como una elección, no como una obligación
Cuando le preguntamos a Salva y a Tomy, los protagonistas de “Forever Match”, por qué se casaron por la iglesia la respuesta fue rotunda: “Porque creíamos firmemente en el sacramento del matrimonio y siempre nos ha unido esa promesa que hicimos, ser fieles y estar siempre juntos”. Una promesa que les ha mantenido unidos durante 50 años. La historia de amor de Salva y Tomy comenzó cuando eran amigos, se enamoraron sin darse cuenta y desde entonces han pasado toda una vida juntos. Son muy diferentes, pero se complementan y comparten algo que les une todavía más, la fe.
Para ellos, el matrimonio es sinónimo de amor, respeto, comunicación, confianza y paciencia para entender al otro. Y para ellos, añaden, la fe ha sido la base de la convivencia, porque te abre hacia la otra persona y te hace verla como un regalo de Dios que tienes que acoger y cuidar.
En la vida de un matrimonio siempre hay etapas difíciles, problemas que deben afrontarse o momentos en los que no es fácil estar de acuerdo. Es precisamente en este tipo de situaciones «cuando la fe nos ayuda». “No es que te amarre, te ayuda cuando tienes un problema a reflexionar y a no tirarlo todo por la borda” dice Tomy. Y esto en parte es gracias a que siguen a Jesús de Nazaret, que es modelo del AMOR con mayúsculas.
Durante la grabación de “Forever Match” Tomy compartió con el equipo su experiencia en los cursos pre-matrimoniales. Ha conocido a muchas parejas jóvenes. A todas ellas siempre les aconseja que se escuchen y nunca se vayan a dormir sin haber arreglado o hablado un problema.
Sus consejos son fruto de la experiencia, de haber aprendido junto a Salva la mejor manera de entenderse. Tienen claro que si una pareja decide casarse por la Iglesia debe hacerlo convencida, y añade que es ilusionante volver a encontrarse con muchas de esas parejas años después, paseando por Bilbao, y que le digan “cuánta razón tenías, Tomy”.
Después de una vida juntos, cuando Salva y Tomy echan la vista atrás lo tienen claro: “Hemos sido y somos felices”. Su historia es un ejemplo de respeto y amor. No hace falta escuchar lo que dicen para ver lo mucho que se admiran y se quieren, tanto o más como el primer día.